2° TALLER VIRTUAL RETO 21 DÍAS
ESCUCHA A TUS ÁNGELES CON EL CORAZÓN

DÍA NRO. 11:

¿QUIÉN ME HABLA?

Distingue la voz de los ángeles de la voz de tu mente.

Muchas veces no sabemos si es nuestra mente o los seres de luz quienes nos hacen llegar ciertos mensajes. Algunas otras, estamos seguros de que por más que pedimos, no somos escuchados. Aprende a reconocer la voz de los ángeles.

Muchas veces escuchamos una voz en nuestra cabeza que nos recomienda hacer o decir ciertas cosas, así como evitar algunas otras. La verdad, no lo pensamos mucho, decidimos hacerle caso o no y ya está. Pues bien, ¿te has puesto a pensar de dónde vienen esos mensajes que percibimos?

Es allí donde surge la pregunta de si se trata de nuestra mente o de los ángeles de quienes provienen esas manifestaciones. Pues bien, el proceso de reconocimiento es más sencillo de lo que crees. Los seres de luz se comunican de manera puntual, así que cuando aprendes a reconocer sus mensajes es más sencillo identificarlos.

Sembrar para recoger.

Es importante determinar primero qué hay en la mente, en aquel espacio consciente. Revisa qué tipo de semillas siembras allí, porque son justamente ellas las que crean tu realidad. Fíjate en qué clase de pensamientos aparecen con mayor regularidad. Sería maravilloso que fueran del tipo: “Sí puedo”, “soy capaz”, “amo lo que hago”, “este mundo es lindo”, pero por lo general, nuestras ideas se enfrascan en temas negativos, de frustración, de límites. Así, es muy probable que cuando se plantee alguna opción, la mente, que actúa casi siempre en automático, responda con lo primero que encuentra y ese es un NO. “No se puede”, “no me gusta”, “no soy capaz”, generando un bloqueo instantáneo inconsciente.

Lo mismo ocurre cuando nuestra relación con los ángeles parte de un ‘yo no tengo un don’, ‘yo no los escucho’, ‘ellos no se manifiestan conmigo’. Cuando tenemos todo eso acumulado en la cabeza y lo hemos repetido millones de veces, tenemos unas raíces tan arraigadas que no vemos viable establecer ningún tipo de conexión.

La voz de los ángeles.

Hay cuatro puntos para tener en cuenta si queremos identificar claramente un mensaje angelical:

1. Te brinda paz y tranquilidad. Dios te hablará de manera firme pero amorosa y responderá a tus inquietudes de forma radical; así, cualquiera que sea la respuesta te hará sentir seguro acerca de la instrucción.

2. No te da más explicaciones de las que necesitas. Se trata de una idea clara. Lo tomas o lo dejas, no hay nada más.

3. Puedes percibir que el mensaje se emite desde tu voz interior. Esto puede generar alguna confusión y llevarte a darle poca credibilidad. Pero contrario a lo que crees, lo primero que viene a tu mente, producto de la intuición, es exactamente, en la mayoría de los casos, lo que debes hacer. No te autosabotees.

4. Es una guía, no una orden. Los ángeles no dan órdenes, te brindan siempre la posibilidad de elegir, pues reconocen y res- petan tu libre albedrío. Cuando sientes que eso que oyes o que ves es para ti y te brinda una luz que te ayuda a despejar la duda que ronda tu cabeza, préstale atención y actúa en concordancia. Confía en la intuición.

Y la mente, ¿qué?

Cuando recibimos un mensaje y comenzamos a buscarle explicaciones, es porque permitimos que la mente tome el control. El autosaboteo y el justificar hacerlo o evitarlo, es evidencia de que la manifestación proviene de la mente y no de los ángeles.

Otra manera clara de distinguir los mensajes de la mente es que esta divagará, cambiándolos

constantemente, confundiéndote con ideas contradictorias. Así, al no saber qué hacer, es sencillo que entres en episodios de ansiedad y angustia que de ninguna manera reflejan lo que los seres de luz pretenden. Se trata entonces de tu ego priorizando lo que no necesitas.

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¡No recibo respuesta!

Aunque creamos firmemente en la existencia de los ángeles, también es importante confiar en nosotros y en nuestra capacidad para conectarnos. Muchos aseguran que por más que solicitan comunicación divina, esta no se da.

Un error común es esperar la respuesta inmediatamente después de hacer la solicitud. Al no recibirla, puedes pensar que no has sido escuchado. Pues bien, así no funcionan las cosas. Plantea tu inquietud y ponla en manos de Dios. Procura dejar de pensar en ello, libera tu mente, para que así puedas ver con facilidad la respuesta que muy seguramente se manifestará mediante señales durante los días siguientes. Revisa con cuidado lo que ocurre a tu alrededor.

Los seres de luz se comunican de muchas maneras, en los sueños, mediante números, canciones, películas, revistas e incluso por medio de alguna persona que nos dice lo que necesitamos escuchar.

Así, cuando acatas su guía y te dejas llevar por la intuición, que es considerada la voz de los ángeles, una gran calma se apodera de ti, sabes que eso es lo que más te conviene, aunque no sea lo que más te guste. Esa sensación de tranquilidad es justamente la validación que buscas para estar seguro de que estás haciendo lo correcto.

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¡Enfócate!

La meditación es una excelente manera de lograr el estado propicio para recibir los mensajes de los ángeles, si no sabes hacerlo comienza por intentar aquietar los pensamientos y relajar el cuerpo, conectándote con tu interior, para de esa forma plantear una pregunta y encontrar la respuesta apropiada. Sabrás que se trata de la correcta por una razón muy simple: te sientes tranquilo.

Confiar y sentir.

Para distinguir la voz de los ángeles es necesario confiar en que realmente son ellos los que te hablan. Para fortalecer esa sensación puedes remitirte a algún momento de tu historia en el que estés seguro de que ellos han actuado. Bien sea que los hayas escuchado, que hayas recibido un mensaje en un sueño, alguna señal, o que se hayan manifestado en tu vida.

Y es que si ya tuviste esa oportunidad, ¿por qué no puedes repetirla? Si en algún lugar de tu inconsciente fue posible realizar esa conexión, es mucho más sencillo hacerlo de nuevo.

Escuchar y actuar.

Una vez que tengas claro que se trata de un mensaje de los ángeles y no de un capricho de la mente, es necesario pasar a la acción. Si no ejecutas, jamás verás resultados.

Día 11 Meditación Código Sagrado 12543.
Los Sanadores Del Sol.

Somos un Grupo de Angeles sanadores, al servicio del Arcángel Rafael; Pueden llamarnos, Los sanadores del Sol. Hemos venido a decirles que Dios está a cargo de sus vidas y de su salud.

Pido a mi Poderosa presencia de Dios. ¡YO SOY! Dios Padre Madre, Te pido que lleves las riendas de la activación de los códigos sagrados, para que todo sea en perfecta armonía, de acuerdo con la voluntad divina, bajo la gracia y de manera perfecta. ¡Gracias Padre! que me has oído! y ya me lo has concedido, ¡Gracias Padre! porque todo está cumplido. Aquí y Ahora.

Activo el Código Sagrado

Repetir el Código Sagrado 12543
Cuarenta y cinco (45) veces.

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CÓDIGO ACTIVADO

Doy las gracias

¡Gracias Divina Presencia de Dios que YO SOY! Dios PADRE -MADRE. ¡Te doy las Gracias! porque ya me lo has concedido, ¡Gracias Padre! ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias!

Afirmación Día Nro 11:

Estoy en un viaje de perfeccionamiento espiritual dentro del Plan Divino de Evolución.

Describe a través de un mensaje en el Grupo de WhatsApp un Resumen del Aprendizaje Adquirido.

Escribe luego del resumen “Tarea Nro. 11 Cumplida”. Además la fecha en la cual la realizas y tu firma.

Que tengas un excelente día, nos vemos mañana con el siguiente ejercicio.

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