Descripción
Nuestros ancestros vivieron muchos conflictos, problemas y desafíos. Al no ser capaces de procesar completamente sus emociones en el momento de las crisis, como el dolor, la ira, el duelo, la tristeza, la frustración y el miedo, simplemente las «reprimieron». A menudo las generaciones futuras llevan de forma inconsciente estas emociones reprimidas.
El trabajo que hacemos para sanar proviene del amor y la aceptación. Necesitamos honrar y respetar a nuestros ancestros y todo lo que sucedió en sus vidas. De esta manera podremos comenzar a conectarnos con su fuerza, energía, sabiduría y bendiciones. Una vez que liberemos estos patrones, se abrirá el camino para disfrutar de nuestra vida a plenitud.
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