🍃 No podemos variar los cursos de los ríos ni tampoco, esos giros problemáticos que a veces, nos trae el destino. Ya desde niños, estamos obligados a aceptar que hay cosas que no pueden cambiarse y sobre las cuales, no tenemos control. Saber manejar esos nudos emocionales que se desprende de esas vivencias, es clave de bienestar. Lo analizamos.
1️⃣ Sustituye un “por qué” por un “cómo”. Si nos resistimos aceptar lo que no tiene explicación es básicamente por obsesionarnos en saber por qué suceden ciertas cosas. Los infortunios, las pérdidas, la adversidad… Muchas de esas cosas se suceden solo porque nos toca pasar una época complicada. Debemos dejar de obsesionarnos en el por qué, para pensar en un cómo. ¿Cómo afronto esta vivencia? ¿Qué es lo que debo hacer ante esta situación? ¿Cómo puedo sentirme mejor?
2️⃣ Aceptar la situación no es estar de acuerdo con ella. La aceptación no es un acto de pasividad, es un acto de templanza que debemos promover con sabiduría. Implica aceptar cada emoción sentida por contradictoria que sea y es a su vez dejar de pelearnos ante la realidad de los hechos para asumir que las cosas son como son y ese será nuestro mejor punto de partida.
3️⃣ La aceptación no es un fracaso, es un acto de valentía. Aceptar lo que no tiene explicación no nos convierte en alguien débil que debe tragar a regañadientes un fracaso. En realidad, este acto es un ejercicio de gran valentía. Algo así solo es propio de quienes aúnan grandes dosis de fortaleza para dejar de negar la evidencia.
4️⃣ Aceptar lo que no tiene explicación te pondrá en movimiento. El sufrimiento nos encapsula. Nos envuelve en una capa de malestar, al dolor que no termina y que poco a poco erigirá la capa de la depresión. Aceptar lo que no tiene explicación es una forma de romper ese envoltorio y promover por fin el movimiento.
🍃 Es una liberación con la que dejar de luchar contra nosotros mismos y nuestras circunstancias para navegar del presente hacia el futuro. Al abrirnos sin resistencias a lo que sucede aquí y ahora, nos damos la oportunidad de ir sanando poco a poco, de poner un pie delante de otro para permitirnos progresar. Aceptar es fluir y es a su vez permitirnos ir de la mano con el ritmo de la vida. Con menos miedo. –Valeria Sabater. La Mente es Maravillosa-