Aprende a navegar con la corriente y a sacar lo mejor de ti.

🍃 La verdad es que no podemos cambiar a nadie. Las cosas son como son. Solo tenemos control sobre nuestras reacciones. Podemos dejar que las otras personas y las situaciones dicten nuestras emociones o podemos tomar las riendas de nuestra vida y decidir conscientemente cómo reaccionar.

1️⃣ No te lo tomes como algo personal. Recuerda que no se trata de una afrenta personal, el universo no conspira en tu contra. Cuando comprendes que no se trata de ti, encontrarás que todo es más fácil porque puedes asumir una distancia emocional de la situación y controlar mejor tus reacciones.

2️⃣ Piensa en el tamaño del Universo. Cuando te parezca que tus problemas y los obstáculos son insuperables, considera que existen infinitos caminos que puedes tomar para solucionarlos, siempre hay una solución.

3️⃣ Respira profundamente y así sacaras lo mejor de ti. No podemos engañarnos, hay situaciones que harían perder la paciencia incluso a un monje budista. En esos casos, simplemente respira. La respiración diafragmática puede devolvernos la coherencia cardíaca y hacer que regresemos a la calma, para poder pensar mejor.

4️⃣ Responde de manera diferente. Responder de la manera inesperada es suficiente para que la otra persona cambie su actitud, si su expresión es de agresividad. En todo caso, si no lo hace, nos sentiremos mejor con nosotros mismos porque logramos mantener el control.

5️⃣ Acepta que ves el mundo como eres, no como es. Sé consciente de que no percibes el mundo como es en realidad, sino como quieres que sea.

6️⃣ Asume que tu equilibrio emocional no es negociable. Cuando tengas que enfrentarte a una persona difícil o a una situación complicada, haz tuyo este mantra: “mi equilibrio emocional no es negociable”. No pienses en términos de ganancias y pérdidas, de vencedores y derrotados, porque lo más importante en estas situaciones es que no logren resquebrajar tu paz interior.

7️⃣ Date permiso para equivocarte. No te recrimines por haber perdido el control, en vez de eso, busca las causas y aprende la lección. Recuerda que el objetivo es que seas más feliz, no te maltrates constantemente ni asumas una actitud hipervigilante que te impida disfrutar de la belleza del mundo simplemente porque estás demasiado ocupado controlando tus reacciones.

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