🌻La vida es muy corta para vivir en ocasiones frustrados. Por ello, y si de verdad deseamos ser felices debemos ser capaces de tomar decisiones, de saber en qué y en quién deseamos invertir nuestro tiempo. Decidir implica muchas veces tener que renunciar, una práctica que deberá hacerse de forma consciente y madura asumiendo las consecuencias.
🌻Para ayudarte a aceptar en el proceso de renunciar y el arte de soltar, vale la pena recordar que, para la filosofía budista, la felicidad no es más que un estado mental de calma y bienestar. Así pues, atiende con sosiego y sabiduría todo aquello que te envuelve para intuir qué te ofrece serenidad y qué ruido, qué y quién nutre tu alma con respeto y qué o quién te trae tempestades en días despejados. Decide, elige, confía en tu instinto y sencillamente suelta.
🌟Quien tiene la valentía para soltar también debe ser digno para recibir. De ahí, que valga la pena reflexionar unos instantes en las siguientes dimensiones:
📢Renunciar a la necesidad por mantener siempre el control sobre los demás. Es necesario «ser» y «dejar ser». Quien reclama libertad personal para crecer debe ser capaz a su vez de poder ofrecerla.
📢Renunciar a la necesidad de tener siempre la razón. Asumir el equívoco es crecer y saber guardar silencio cuando el momento lo requiere es un acto de sabiduría.
📢Suelta el ego, libéralo de la necesidad de impresionar, de tener que competir, de reclamar la atención cuando nadie te observa, de buscar cualquier falsa compañía cuando temes a la soledad. Suelta tu miedo para permitirte ser auténtico, para ser tú mismo, esa persona que es tan capaz de dar, como de recibir.
