No un gracias superficial, sino uno que sale desde lo más profundo de tu ser… Un gracias que resuena con el universo.
La gratitud no solo transforma tu corazón… transforma tu vida.
Cuando agradeces, reconoces el milagro de estar aquí, ahora… Respira. ¿Lo sientes? Ese es el regalo de la vida.
Pero aquí está el secreto…
La gratitud no solo es una emoción, es una frecuencia.
Cuando agradeces con el alma, te alineas con la energía más poderosa que existe… la energía del amor.
¿Quieres atraer milagros?
No pidas… Agradece como si ya los tuvieras.
Siente la alegría de recibir, aunque aún no lo veas en tus manos.
Agradece la abundancia, incluso si tus bolsillos están vacíos.
Agradece el amor, aunque tu corazón haya sido herido.
Agradece la salud, aunque tu cuerpo esté cansado.
Cuando agradeces lo que aún no ves, abres puertas donde antes solo había muros.
Transformas la carencia en plenitud, la . en manifestación.
Hoy, cierra los ojos… Respira profundo…
Y di en silencio: “Gracias por todo lo que tengo… y por todo lo que ya viene en camino”.
Porque los milagros no llegan cuando los esperas…
Llegan cuando ya los agradeciste.
Hoy, elige vibrar en gratitud.
Hoy, elige manifestar milagros.
Porque el universo siempre escucha… Y responde a un corazón agradecido.
