Hoy quiero invitarte a reflexionar sobre algo profundamente transformador: tomar a la madre. En las constelaciones familiares, tomar a la madre no es solo un acto de aceptación, es un acto de liberación profunda. Es soltar los juicios y las expectativas, y reconocer su humanidad tal como es. No importa lo que hayas vivido, tomar a la madre es un paso hacia la sanación interna, liberándote de lo que ya no te sirve.

Este proceso no solo te conecta con tu madre, sino que te conecta contigo mismo, con tu esencia más pura. ¿Te has preguntado alguna vez qué cargas estás llevando por no haberla tomado completamente? La reconciliación con nuestra madre nos libera para poder abrazar nuestra verdadera vida, nuestra misión.
Este domingo por la noche es el momento perfecto para comenzar este proceso de perdón. Al tomar a la madre, no solo sanamos el vínculo con ella, sino que sanamos todo nuestro ser, nuestra relación con nosotros mismos.
¿Por qué este perdón es tan transformador? Porque cuando soltamos los bloqueos con nuestra madre, abrimos las puertas a la paz interna y a los milagros. Este acto de perdón activa una energía divina de amor.
Aquí tienes una oración poderosa para comenzar esta noche:
«Hoy elijo perdonar, elijo liberar mi corazón de todo resentimiento hacia mi madre. Gracias por darme la vida. Hoy me elijo a mí mismo/a, elijo la sanación y abrir mi corazón a la paz. Que este perdón me libere y me permita recibir los milagros que la vida tiene para mí. Amen»
Si sientes que este es el momento de sanar, te invito a una sesión de constelación familiar que te permitirá sanar tu relación con ella.
